You are here: Simposio No. 10
Forward to: Simposios
General:
NUEVAS CATEGORÍAS EN FILOSOFÍA POLÍTICA: LO IMPOLÍTICO Y LO INFRAPOLÍTICO (6-1/2 JORNADA)
Coordinador: Alfonso Galindo Hervás
E-mail: galindoh@um.es
Descripción resumida de contenidos: El simposio tiene por objetivo fundamental analizar críticamente dos novedosas y originales categorías de la filosofía política contemporánea, que cada vez tienen más presencia en los debates y análisis actuales: las de lo impolítico y lo infrapolítico. Para ello se presenta su tratamiento en diversos filósofos políticos contemporáneos, su presencia en otros tantos textos, los contextos históricos e intelectuales de su emergencia y sus diversos usos, sentidos y significados. Las intervenciones de los ponentes se detendrán singularmente en la ascendencia italiana de la categoría de pensamiento impolítico (sobre todo, las obras de Massimo Cacciari y Roberto Esposito, así como las derivadas de ellas) y en el origen y uso latinoamericanista de la categoría de infrapolítica (James C. Scott, Alberto Moreiras). A partir de todo ello, se pretende evaluar la fertilidad hermenéutica y crítico-normativa de ambas categorías tanto para comprender la política presente, como para enjuiciarla y sugerir alternativas novedosas a ella.
Participantes: Alfonso Galindo Hervás (UM), David Soto Carrasco (UM), Jorge Álvarez Yagüez (UCM), José Antonio Fernández López (UM), Enrique Ujaldón Benítez (UM), Cristina Basili (U Bonn).
Resúmenes de las intervenciones:
Álvarez Yagüez, Jorge
La propuesta de infrapolítica
No es casual la irrupción de un conjunto de nociones o categorías en torno a lo político que tratan de hacerse cargo de sus distintas dimensiones o problemáticas ligadas a él: metapolítica, impolítica, postpolítica, arquipolítica, ultrapolítica... Infrapolítica forma parte de ese fenómeno nuevo que tiene lugar en un marco de crisis civilizatoria que replantea las categorías con que hemos pensado la comunidad y nuestra relación con ella. Se trata de mostrar la génesis, el horizonte conceptual, y rendimiento crítico de esta nueva categoría, así como su delimitación frente a otras. Infrapolítica piensa la política desde su más acá, desde sus bordes al tiempo que muestras sus límites. La noción de límite adquiere aquí un doble sentido, por una parte refiere al afuera o punto a partir de lo cual emerge algo, a sus condiciones de posibilidad, inmanentes y transcendentes al mismo tiempo; y, por otra, límite refiere a aquello que en esa configuración, la de la política, significa constricción injustificada, que adopta el modo de lo natural y necesario cuando en realidad es histórico y contingente, y que, por ello, puede ser transgredida, sobrepasada. Infrapolítica, en su carácter proyectivo actual, presenta un doble objetivo, por un lado, el de arrojar luz sobre lo que da nacimiento a lo político mismo, mostrar, en consecuencia, lo que es constitutivo de la política y lo que queda al margen de ella, lo que le es extraño en un exterior no absoluto, y al mismo tiempo señalar qué no puede prolongarse por más tiempo en ella, no ya debido al carácter siempre defectivo de sus configuraciones históricas sino a lo que la define en su propia naturaleza. Toda una labor metódica de genealogía y de diagnosis, de critica ontológica, que es a la vez civilizatoria y existencial, y que comporta el trazado o esbozo de nuevas categorías en relación a elementos esenciales de configuración de lo político (sujeto, acción, democracia, régimen) que podrían componer las lineas de fuga respecto de los límites diagnosticados, de apertura a un otro horizonte de pensamiento y de forma de vida, de un ser de otra manera que es indisociable de un pensar diferente.
Cristina Basili
La genealogía femenina de lo impolítico. Roberto Esposito intérprete de Hannah Arendt y Simone Weil
La categoría de lo impolítico ha tenido en las últimas décadas un éxito enorme en el ámbito de la filosofía política. La consolidación de dicha categoría como perspectiva crítica acerca del proyecto filosófico-político moderno, así como su sistematización teórica, se debe en gran medida a la labor que emprendieron algunos filósofos italianos a partir de los años ochenta del siglo XX. Entre ellos destaca el fundamental trabajo de investigación llevado a cabo por el filósofo napolitano Roberto Esposito que, desde sus primeras obras, intenta rehabilitar aquel horizonte categorial. Retomando una observación de Massimo Cacciari, Esposito se dedica a profundizar en las posibilidades hermenéutico-críticas de dicho concepto. En palabras de Esposito lo impolítico «se puede decir a partir de lo que él no representa. O, más intensamente aún, de su oposición constitutiva a las modalidades de la “representación”, entendiendo por esta, justamente, la categoría de lo político en la época de su incipiente crisis» (Esposito, Categorías de lo impolítico, Katz, 2006, p. 48). Lo impolítico se presenta entonces como una de las maneras en las que se declina el pensamiento de la crisis: como una configuración que desestructura la relación tradicional entre teoría y praxis, inhibiendo cualquier tránsito entre la esfera del poder y la de su legitimación.
La primera obra en la que Esposito desarrolla su intuición crítica –titulada Categorías de lo impolítico (1988)– tiene carácter historiográfico, ofreciéndose como una serie de investigaciones sobre distintos autores relacionados a partir de ese nexo excéntrico. Entre ellos destacan los capítulos dedicados a la obra de dos filósofas, Simone Weil y Hannah Arendt, hasta aquel momento escasamente consideradas por parte de la crítica italiana. Bajo la pluma de Esposito estas autoras se vuelven referencias ineludibles de la teoría política contemporánea. Tanto es así que él mismo les dedica otro ensayo –El origen de la política: ¿Simone Weil o Hannah Arendt?– en 1996, volviéndose no solamente un precursor, sino un promotor del estudio de su pensamiento en Italia por medio de varias iniciativas editoriales. Weil, en particular, se convierte en una presencia constante de las obras de Esposito y una fuente casi inagotable de innovación categorial. Incluso cuando no está citada de forma explicita es posible detectar la huella de su pensamiento en muchos de los posteriores ensayos del filósofo sobre la tercera persona y la noción de comunidad.
La presente comunicación pretende abarcar la influencia de Arendt y Weil en el pensamiento de Esposito con el fin de demostrar el releve que sus reflexiones tienen en la elaboración de la categoría del impolítico. Con ello pretendemos demonstrar la presencia de una genealogía femenina de la que dicha categoría deriva buena parte de su potencia crítica. Para entender la negatividad peculiar de lo impolítico resulta determinante la valorización de la mirada heterodoxa de esas filósofas, precursoras de una forma inédita de juntar vida y pensamiento. De tal manera, queremos arrojar luz sobre las fuentes teóricas que han alimentado la creación de lo impolítico, destacando unas referencias sin las cuales este resultaría incomprensible. Por otro lado, pretendemos levantar cuestiones acerca de su destino, planteando –junto con estas autoras– problemáticas que sobrepasan sus límites teóricos y se desprenden de sus potencialidades críticas.
José Antonio Fernández López
Del archivo y la ficción. La representación de la violencia en Danilo Kiš
La obra del escritor yugoslavo Danilo Kiš (Subotica, 1935-París, 1989) destaca por la originalidad de su carácter, por su gran capacidad de innovación literaria y por una profunda reflexión filosófico-política sobre la historia, la cultura y la condición del ser humano. Testimonio del totalitarismo y de la intransigencia ideológica, de los desvaríos políticos y los delirios nacionales, su narrativa, estimulada por una personal ironía, realiza una reconstrucción de la historia desde una memoria que es compasiva y creativa a la vez. Convencido de que la literatura en este siglo no podía ser más que la descripción y la condena de la injusticia, concebirá la tarea de escribir como el incansable esfuerzo por levantar acta de la barbarie de nuestra época. Expresión de la existencia humana a merced de la violencia política, los libros de Kiš se enfrentan a la densidad de un mal metafísico que lo abarca todo en el siglo XX. Frente a la cosificación de los seres humanos, sus libros representan un memento pormenorizado, exhaustivo, con la visibilidad litúrgica de una letanía, de unos personajes que simbolizan a todas las vidas truncadas. La disimilitud genuina de cada ser humano con respecto a los otros, fundamento de la dignidad de la existencia, la rabiosa individualidad como único fundamento de la igualdad ética, es el principio filosófico-político que sostienen toda la narrativa de Kiš. Como una suerte de faros estelares que permiten la orientación entre constelaciones de seres humanos a los que se devuelve su identidad perdida, elementos recurrentes se erigen como hitos en el universo kisheano: evocaciones familiares, fechas, objetos y situaciones; referencias reales a libros, documentos, citaciones judiciales o médicas, hechos históricos; motivos geológicos, geográficos, cartográficos, metáforas de la configuración de la conciencia y de la existencia humana. Todos ellos enuncian una interpretación de la realidad asociada a una forma kantiana de conocimiento según la cual el mundo es cada una y todas sus representaciones individuales. Cada acontecimiento está ligado a su destino particular, todo está narrado a través de las propias visiones y en relación a la propia vida. Enmarcadas por una cronología que es el eón de nuestra era, desde la Samaria de tiempos de Jesús hasta la Rusia estalinista, las historias de Kiš conforman una singular lectura histórica de la levedad y la gravedad del ser. Con este fin, el autor despliega una prosa de enorme densidad y lirismo. Frente a la mistificación del logos, las obras de Danilo Kiš aspiran a ser un reto frente a la mediocridad del espíritu y la prestidigitación literaria. Palabra e historia. En el retorno absoluto del pasado en el que insiste Kiš, sus textos son la sugerente manifestación de una profecía invertida. Una voz alzada frente a la historia que pasa de largo sin mirar el resultado de su devenir, frente a una historia presta, no obstante, a retornar revestida de su esencia eterna y enloquecida. En nuestra ponencia, daremos cuenta de cómo el autor despliega este propósito en su obra, conciliando historia, política y representación artística, el archivo y la ficción, mediante el desarrollo de una ética anamnética cuyos destinatarios son los seres humanos perdidos en la noche de la barbarie y el olvido.
Alfonso Galindo Hervás
Teoría sin historia
Una de los índices y de las consecuencias de la influencia de ciertas ideas de Martin Heidegger y Carl Schmitt en la filosofía política contemporánea en general, y en autores como Jean-Luc Nancy, Roberto Esposito o Giorgio Agamben –entre otros—, en particular, es lo que, muy sintéticamente, se puede nombrar como deficiente atención a los acontecimientos históricos como factor determinante de los argumentos, diagnósticos y prognosis que se realizan sobre el presente. Tal situación, que posee diferencias sustantivas en el caso de cada uno de los filósofos aludidos, posee una evidencia y un alcance significativos en la obra de Agamben. Los mismos se reflejan y concretan en rasgos de su filosofía tales como: la tendencia a establecer diagnósticos esencialistas, la paralela y consiguiente abstracción igualadora (tanto en sentido diacrónico –que le lleva a establecer planos de continuidad entre el presente y el pasado premoderno—, como sincrónico –que le conduce a equiparar todas las formas de negatividad y maldad sin atender a las particularidades diferenciadoras), la renuncia a perfeccionar la ratio de las mediaciones institucionales y la consiguiente sugerencia de alternativas contrafácticas a las mismas, etc. Muchos de estos rasgos son observables en diferentes filósofos contemporáneos, hasta el punto de poder identificar un aire de familia y reconstruir un tipo ideal, el de pensamiento impolítico, que en ocasiones parece haber colonizado y totalizado el sentido mismo de lo que es el quehacer de la filosofía. Tras identificar estos rasgos, y aun valorando el potencial crítico de este pensamiento impolítico, en esta intervención se pretende plantear algunas deficiencias, limitaciones y peligros inherentes al mismo. Especialmente, se subrayará el aspecto de desatención a la historia (que tiene que ver tanto con la metodología como con opciones sustantivas) como una de las claves (índice y factor) de la impoliticidad. Para ello, será fundamental el recurso a determinados argumentos de teóricos de la historia como Reinhart Koselleck y Dominick LaCapra.
David Soto Carrasco
Entre las alas y el plomo: la crítica infrapolítica a la teoría de la hegemonía del populismo español
La presente comunicación tiene por objetivo fundamental analizar el concepto de infrapolítica planteado de manera reciente por Alberto Moreiras y el colectivo Infrapolitical Deconstruction a raíz de su crítica a la teoría de la hegemonía presente en los desarrollos últimos del populismo español, de manera especial a raíz de la segunda asamblea estatal del partido político Podemos. Por un lado, se rastrea el concepto de infrapolítica en la obra de Alberto Moreiras, como política otra que busca moverse más allá de cualquier cierre teológico-político del pensamiento político contemporáneo, en línea de similitud con las reflexiones sobre una comunidad negativa desarrolladas por Esposito o Agamben, lo impolítico en Cacciari o lo incalculable en Derrida. Bajo esta perspectiva, la infrapolítica no sería, ni una tradición ni una política, sino un intento de interpretación, un gesto, que pone en vilo toda voluntad de poder. Sin embargo, la infrapolítica, no supone un solo abandono. La infrapolítica asume el diagnóstico moderno del nihilismo pero busca impedirlo, invitando a habitar, en clave heideggeriana, el umbral de la indecidibilidad donde la soberanía de la política y de la acción quedan cortocircuitadas. En un segundo momento, se examinan los problemas de la teoría de la hegemonía, en su vertiente laclausiana, exhibidas en las teorizaciones de Podemos acometidas por Iglesias, Errejón, Monedero y Monereo entre otros. Por último, se concreta la crítica infrapolítica a la teoría hegemónica presente en Podemos que busca ofrecer una conceptualización del populismo mínima, marrana o poshegemónica. De esta manera, partiendo del análisis en Línea de Sombra llevado a cabo por Moreiras, en donde se afirmaba que nada en el avance teórico de Laclau hacia una ontología de lo político parecía brindar un compromiso normativo con la subalternidad, se avanza en una crítica a la teoría del populismo del pensador argentino y a su vertiente política española, que busca substraerse de la cadena equivalencial de las demandas, concretada en torno a la figura de un líder mediático que haría la hegemonía patente, y que, por tanto, se sustraería de todo principio de identidad y dominación que, al modo de ver de Moreiras, toda concepción hegemónica encierra. Se concluye con una valoración crítica y una sugerencia interpretativa.
Enrique Ujaldón Benítez
¿Todo es teología secularizada? Notas sobre la lectura agambeniana de Adam Smith
En la obra de 2008 El reino y la gloria, de Giorgio Agamben (Pre-Textos, Valencia, 2008), se ofrece una breve análisis de la tesis de la “mano invisible” de Adam Smith que resulta sumamente relevante como índice y factor –como prueba, en suma— de un rasgo de impoliticidad presente en el pensamiento del filósofo italiano: la abstracción igualadora presente en sus descripciones e interpretaciones de los textos y los hechos históricos.
Agamben recurre a la lectura de Didier Deleule (Hume et la naissance du liberalisme économique, Paris, Aubier Montaigne, 1979) para mostrar que, lejos de la tesis apresurada que opone la imagen del mundo de la ciencia moderna a la concepción teológica de un gobierno providencial del mundo, el modelo moderno descansa sobre leyes eternas análogas a las del modelo divino. Las analogías son especialmente evidentes en la relación entre causas primeras y causas segundas. Agamben valora que Deleule ha demostrado que en el pensamiento moderno, de Hume a Adam Smith, se afirma una concepción que rompe con la primacía de las causas finales y las sustituye por un orden producido por el juego contingente de los efectos inmanentes. Pero argumenta que ello no implica distanciarse de la teología, sino que subsistiría una perfecta analogía con la teoría de la providencia. En otras palabras: la contingencia de los efectos de las causas segundas es compatible con la ordinatio divina (RG, 216).
¿Cómo argumenta a favor de esta tesis, por lo demás no inédita? Para el análisis concreto de Smith, Agamben alude al texto en el que Christian Marouby (L’économie de la nature. Essai sur Adam Smith et l’anthropologie de la croissance, Paris, Seuil, 2004) ha mostrado los explícitos vínculos establecidos en Teoría de los sentimientos morales entre la categoría de “economía de la naturaleza” y el paradigma providencial. A eso añade la lectura de Jean-Claude Perrot (Une histoire intelectuele de l’économie politique. 17-18 siècle, Paris, Éditions de l’École des hautes études en sciences sociales, 1992) acerca de la genealogía de la imagen de la “mano invisible”, que remite a Pascal (aunque Agamben va más allá al vincularla a textos de Agustín de Hipona, Salviano, Lutero o Bossuet). Pero la interpretación que revela el alcance de la reconstrucción genealógica agambeniana se demuestra cuando argumenta que no hay contradicción entre el naturalismo inmanentista de Hume y Smith y el providencialismo de naturaleza teológica de los fisiócratas, oportunamente subrayado por Deleule. A juicio de Agamben, aunque la imagen smithiana de la mano invisible deba entenderse como la acción de un principio inmanente, el modelo que él ha propuesto de la máquina bipolar de la oikonomía teológica demuestra que no hay conflicto entre “providencialismo” y “naturalismo”, porque la máquina funciona precisamente poniendo en correlación un principio transcendente y un orden inmanente. Como el Reino y el Gobierno, la Trinidad intradivina y la Trinidad económica, el “cerebro” y el “vientre” no son más que las dos caras de un mismo dispositivo, de una misma oikonomía, dentro de la cual uno de los dos polos puede, según el momento, prevalecer sobre el otro. De ahí concluye: “El liberalismo representa una tendencia que lleva al extremo la supremacía del polo “orden inmanente-gobierno-vientre” hasta casi eliminar el polo “Dios trascendente-reino-cerebro”; pero al hacerlo, pone en movimiento una mitad de la máquina teológica contra la otra. Y cuando la modernidad haya anulado el polo divino, la economía que deriva de él no por esto se habrá emancipado de su paradigma providencial. En el mismo sentido, en la teología cristiana moderna actúan fuerzas que empujan la cristología hasta una deriva casi ateológica: pero, también en este caso, no se supera el modelo teológico” (RG, 494).
El objetivo de mi intervención será demostrar cómo en esta lectura de Adam Smith se revela y refuerza la estrategia igualadora de Agamben, que anula toda especificidad moderna, estableciendo una continuidad en la tradición jurídica, política y económica occidental que sería revelada por un arcano del que son índice y factor los conceptos teológicos. En la perspectiva agambeniana se prioriza la identificación de una matriz única que supuestamente dota de sentido, aprehende y (propiamente) constituye algo así como la lógica global de la tradición jurídico-político-económica occidental. Ahora bien, la funcionalidad hermenéutica y crítica de una matriz tan omniabarcante implica, supone y exige sacrificar la particularidad diferenciadora de múltiples acontecimientos históricos, teorías, ideas, etc. Es lo que trataré de demostrar por referencia al caso del pensamiento de Smith analizado por Agamben.