Mesa Temática No. 21
AULA 7 (SEGUNDA PLANTA)
ACTUALIDAD DE SPINOZA
Julio Alejandro Carreño Guillén, Sara Reyes Vera. Grupo de Investigación Repensar la Filosofía (RPF), Universidad de La Laguna
Enviar propuestas a: alu0100152463@ull.edu.es
PLANNING
1º) Dr. Daniel Álvarez Montero con "Proyección contemporánea del spinozismo: física y neuroética."
2º) Julio A. Carreño Guillén (doctorando) con "Aproximaciones contemporáneas al spinozismo: la asunción estética de una ética inmanente."
3º) Dra. Sara Reyes Vera con "Spinoza: actualidad, crítica y resignificación del mal."
4º) Francisco José Martínez (UNED y Seminario Spinoza) con "Actualidades de Espinosa."
Cada intervención estará limitada a 15 minutos aproximadamente. Una vez finalizada las intervenciones de los ponentes se planteará un diálogo, a través de comentarios y/o preguntas, con los posibles asistentes.
Inaudito y controvertido ya en el siglo XVII, el pensamiento de Baruch Spinoza no pasó desapercibido para sus coetáneos al igual que no lo hace en la actualidad. Su obra principal, Ética demostrada según el orden geométrico, supone un reto para la modernidad en tanto que perspectiva vital que desde diversos ámbitos, ya sea el espistemológico, el político e incluso el estético, cuestiona sus fundamentos llegando hasta nuestros días como alternativa no sólo ante tal forma de pensamiento sino también como opción entre diversas propuestas filosóficas contemporáneas.
Dejando de lado toda explicación puramente histórica sobre el hito que supuso la aparición de la filosofía spinozista en el ámbito intelectual de la época y evitando caer en una mera explicación académica de su pensamiento en general, el cometido de esta mesa temática se centra principalmente en explicitar la recepción contemporánea del legado filosófico spinozista sito en la Ética desde diversos ámbitos intelectuales, sin desmerecer por ello cualquier interpretación que pueda realizarse sobre lo advertido por Spinoza en obras como Tratado Teológico Político, Tratado Político, Tratado de la reforma del entendimiento o su Correspondencia. Por tal motivo se invita a todos/as aquellos/as investigadores/as que estén interesados/as en formar parte de esta mesa a contribuir con una propuesta que promueva un diálogo sobre la temática planteada.
Actualidad de Spinoza. (4)
Coordinadores:
Dra. Sara Reyes Vera.
Julio A. Carreño Guillén (doctorando).
Intervinientes:
Dra. Sara Reyes Vera.
Dr. Daniel Álvarez Montero.
Julio A. Carreño Guillén (doctorando)
Francisco José Martínez (UNED y Seminario Spinoza)
Resúmenes
Spinoza: actualidad, crítica y resignificación del mal
Dra. Sara Reyes Vera
Grupo de Investigación RpF
Universidad de La Laguna
Spinoza hizo de su filosofía un puente de pensamiento más allá de una época. El método spinozista es una aplicación crítica sobre cada cuestión que se descubre como problema. En esta exposición hacemos uso de la actualidad de esa aplicación para pensar acerca del significado del mal.
El epistolario del filósofo contiene una correspondencia concreta por la que tenemos noticia de su investigación sobre el concepto del mal. Las denominadas “Las cartas del mal” (1664-1665), fueron escritas por Spinoza como réplica a las misivas enviadas por el calvinista Willem van Blijenbergh. En ellas vemos la especial atención que Spinoza dedica al término. Atiende a las causas del significado tal y como estaba establecido, así como a los efectos de su uso.
Fragmentado en todos los nombres que desembocan en miedo, temor y superstición el significado del mal aportaba necesaria incapacidad para pensar. Este hecho no pasó desapercibido para una filosofía cuyo “amor a la verdad” (Ep.19) se podía entender como punto de partida. La búsqueda de esa verdad, en lo que se refiere al mal, dio los argumentos por los que Spinoza cambia trascendencia (Mal) por inmanencia (mal). Es decir, dejando invariable al significante da impulso a una nueva significación desde la perspectiva inmanente, en aquello concreto que se expresa como “lo malo para mí”.
Una vez resignificado en ese sentido inmanente, el mal ya no evita la razón entendida a través de las emociones. Esta razón, que se da para la libertad, busca saber qué es el daño ya sin vínculo con un Mal trascendente. Tomado desde esa cercanía, el mal se extiende sobre la mesa del spinozismo como un lienzo del que se extrae la pintura original. En esa tarea la Ética es un vehículo de comprensión y de apoyo a los argumentos que Spinoza expone en sus cartas.
“Lo que es bueno o malo, mejor o peor, lo óptimo o lo pésimo” (E, III, Prop. 39, sch.) se convierten en hechos del conocimiento y, por eso mismo, transitorios hasta un mayor grado de conocimiento. Para cada cual lo deseable o aborrecible es anterior a su bondad o maldad. Algo es bueno por ser deseable y malo por ser aborrecible, y en ambos casos se está fuera de una razón moral.
Spinoza se fija en un estado de pérdida, señala lo que se socava. Da un nuevo significado atendiendo a un estado de carencia que define el estado de la potencia en cada modo. Desde nuestro análisis, observamos más atentamente esa pérdida cuando resta la autonomía de cada individuo. El mal se manifiesta en esa carencia. Tomamos la guía de la, aún hoy, arriesgada tesis que sostiene que el hueco que deja el mal no se sustituye por el bien.
En suma, traemos la actualidad de la pregunta sobre el mal dirigida hacia la crítica de su significado. Dicha pregunta puede escribirse en presente a partir de la cuestión que abierta en “Las cartas del mal”. Junto a ellas, la obra de Spinoza nos da un espacio propio para estudiar esa pregunta sobre el mal que no admite significados sin razón.
Proyección contemporánea del spinozismo: física y neuroética
Dr. Daniel Álvarez Montero
Grupo de Investigación RpF
Universidad de La Laguna
La filosofía spinozista promueve un proyecto ético desarrollado sobre una ontología, una Naturaleza. Este marco ontológico del siglo XVII alberga genuinas posibilidades para la contemporaneidad filosófica, en la medida en que posibilitaría la integración de disciplinas científicas tales como las actuales investigaciones en ámbitos como la cosmología y la neuroética en un mismo mapa inmanente de la Naturaleza. Mediante la adición de estas indagaciones de campos como la física o la neurociencia a un modelo filosófico como el del autor hispanoportugués, el alcance de esos enunciados, eminentemente científicos, rebasaría sus propios límites y podría servir de fundamento para un desarrollo ético –y, posteriormente, político– del ser humano en tanto expresión modal de una Naturaleza naturada, en la propia terminología del autor.
Una de las virtudes fundamentales en tanto filosofía de la obra de Spinoza consiste en su capacidad para relacionar y mostrar cómo ámbitos del conocimiento aparentemente desligados o con pocas vinculaciones entre sí como la física, la biología, la ética o la política, se incluyen en un mismo marco –Naturaleza–, que aspira a mostrar de qué manera se relacionan, influyen y determinan. Así, escribía Stuart Hampshire respecto de esta filosofía que: «[…] Spinoza’s metaphysics envisaged the possibility of a unified knowledge of the natural order, and that it exhibited the consequences of such unified knowledge in the areas of morality and politics.»
La ética spinozista, bajo la premisa de que la razón no pide nada contra la Naturaleza, se erige sobre un cosmos dinámico, lo necesita como fundamento, y rompe con el dualismo teórico presentando una naturaleza en la que emoción y pensamiento racional van de la mano, siendo así precursora de las más actuales reivindicaciones de la neuroética. Pero, más aún, este cerebro humano que rompe con el dualismo forma parte de un cosmos –es, en cierto sentido, una organización concreta de ese cosmos, finita, pero no un producto transitivo que se convierte en algo distinto a la propia Naturaleza–, y de esta manera determina y es determinado por el medio externo en tanto parte de una misma estructura natural.
La anterior idea recuerda al moderno concepto de exocerebro de Roger Bartra, y mediante la relación del cerebro con el cosmos, se abre la conexión entre el ser humano como individuo finito, consciente y que persevera en su ser, y la Naturaleza, hoy en día mejor expresada que en el siglo XVII mediante la física relativista y cuántica, en tanto proyección ilimitada. A este sentido, el concepto de conatus resulta especialmente revelador, en la medida en que podría servir de elemento cohesionador entre todos los aspectos y niveles de la Naturaleza.
Más aún, el esquema de la Naturaleza naturada spinozista, concretamente en la clasificación del sistema modal del atributo de la extensión, se muestra especialmente capaz de incorporar e integrar en una ontología las actuales pesquisas relacionadas con el macro y microcosmos de la física relativista y cuántica, resultando que los modos infinitos mediato e inmediato de la extensión se presentan como marcos más que plausibles para entender, dentro de un mismo modelo ontológico, una visión unificada de la Naturaleza, que no separa la realidad sino que intenta expresarla bajo un discurso común entre filosofía y ciencia.
Con todo, el modelo filosófico spinozista se presenta como un marco adecuado para promover una imagen de la Naturaleza monista e inmanente, que en nuestro siglo adquiere mayor relevancia en la medida en que todo aquello que sólo pudo ser apuntado teóricamente por Spinoza en el XVII, ahora puede ser expandido mediante disciplinas científicas contemporáneas que hagan más firme el suelo del que el autor hispanoportugués pretendía partir para justificar su proyecto ético. La actualización del modelo spinozista a nuestros días no sólo no parece imposible, sino que se muestra especialmente sencilla y amable, toda vez que la filosofía de este autor contenía, si bien de forma aún primitiva, algunos de los postulados fundamentales de la física y la neurociencia contemporáneas. El proyecto ético spinozista puede, tal vez, ser reivindicado en el presente con más garantías que en su siglo original; siglo en el que, por otros motivos, pasó silenciado y casi oculto.
Aproximaciones contemporáneas al spinozismo:
la asunción estética de una ética inmanente
Julio A. Carreño Guillén
Grupo de Investigación RpF
Universidad de La Laguna
La lectura contemporánea que se hace de la obra de Spinoza sugiere la posibilidad de interpretar el contenido ético de la misma desde diferentes perspectivas intelectuales. En el seno de esta diversidad interpretativa, existe una vertiente no suficientemente estudiada en la filosofía práctica del pensador holandés: la autoconstrucción ética del sujeto modal (tercer género sub specie aeternitatis) que implica antropológicamente una dimensión estética subjetiva, no racionalista, pero tampoco emotivista sino inmanente y ligada a un género de conocimiento que proviene de dos géneros anteriores. Los valores éticos derivados del pensamiento spinoziano, sintetizados en la culminación del progresivo avance en tales géneros, encuentran en la asunción estética de los mismos una peculiar forma interpretativa de la propia existencia. En definitiva se trata de recuperar lo anunciado por Spinoza en la Parte V de la Ética. Para ello parto de las consideraciones efectuadas por Antonio Negri y Filippo Mignini sobre la consecución del tercer género de conocimiento y sus repercusiones ad usum vitae desde una perspectiva estética.
Tras exponer someramente las principales características de cada uno de los géneros de conocimiento característicos de la ética spinoziana, abordaré la lectura que de la Ética hace Antonio Negri, y en concreto aquella que se centra principalmente en la Parte V de dicha obra. La caracterización que Negri realiza del pensamiento spinozista adjetivándolo como subversivo es fundamental, si lo que se pretende es percibir el impacto que supuso, y supone, la aparición de la obra de Spinoza en su conjunto. Desmarcándose de sus primeras interpretaciones de la Ética, recogidas en su obra La anomalía salvaje, Negri modifica su postura pasando a entender como posible el hermanamiento entre ideas irreconciliables en un principio. Recordando la definición spinozista de democracia como omnio absolutum imperium, Negri rescata la figura de pensamiento
sub specie aeternitatis, situándola en un punto en el que la praxis de lo absoluto, si tenemos en cuenta la definición de democracia de Spinoza indicada recientemente, y el pensamiento de lo eterno confluyen en un mismo lugar y un mismo tiempo. Con esta adaptación de ambos contextos, la eternidad se percibe entonces como guía, como referente vital que determina el pensar que aspira al absoluto.
Sin embargo, no podemos obviar la dimensión individual latente en la Ética, la cual trasciende lo político para situarse en el ámbito de lo concreto. Teniendo esto como premisa, la propuesta (est)ética fundamentada en el tercer género de conocimiento que me propongo exponer parte de las conclusiones extraídas por Mignini sobre una posible estética spinoziana, sitas en su obra Ars Imaginandi. En ella Mignini estima fundamental la relación existente entre la imaginación y el deseo, si lo que se pretende es asentar las bases de una posible estética al modo spinoziano. No obstante parece no distanciarse suficientemente de ciertas nociones kantianas al respecto, hasta tal punto de dejar excluido el potencial que detenta el afecto en la ética spinoziana. Imaginación, alegría o amor son conceptos difícilmente disociables de la ontología afectiva inserta en la Ética, una ontología que, en última instancia, determina la interpretación que pretendo mostrar.
ACTUALIDADES DE ESPINOSA
Francisco José Martínez (UNED y Seminario Spinoza)
En la actualidad se pueden hacer varias recuperaciones de Espinosa. Podemos retomar al filósofo de la inmanencia y del humanismo radical, crítico de toda trascendencia. Podemos retomar al racionalista apasionado que apuesta por la razón, pero una razón no racionalista que tiene que hacer las cuentas con las pasiones y los sentimientos. Podemos retomar al crítico implacable de toda superstición religiosa o patriótica. Podemos retomar, por último, al republicano radical abierto a la democracia, crítico de todo elitismo y defensor de la potencia de la multitud.
En todos estos campos la obra de Espinosa es completamente actual como producto teórico y como expresión activa de una vida que apostaba por el deseo como la definición de la esencia humana y por la alegría como la apuesta esencial de la vida. Una filosofía, la espinosiana, que no se puede desligar de la vida, que se entiende como una forma de vida, como una actividad práctica de comprensión y transformación del mundo en sus dimensiones individual y colectiva. La Filosofia entendida y practicada como una via de salvación, teórica, ética y política, como búsqueda de la libertad tanto intelectual como política. El individuo se esfuerza en devenir sabio, pero esa búsqueda de la sabiduría no es un camino solitario y elitista sino algo colectivo que se hace con los otros y para los otros. El sabio no puede ser completamente sabio, ni libre, ni feliz en un mundo donde muy pocos son sabios, libres y felices, de ahí la dimensión política del espinosismo.