Simposio No. 1

SALON DE GRADOS (PLANTA BAJA)

SENTIDO DE LA INJUSTICIA: UNA EXPLORACIÓN A PARTIR DE LA OBRA DE J. SHKLAR. (7)

Coordinación: Carlos Thiebaut (UC3M) y Alicia García Ruiz (UC3M)

E-mail: alicia.garcia.ruiz@uc3m.es

PLANNING



Propuesta turnos intervención. Congreso AEEFP 2018 Universidade A Coruña.

Día 3. Simposio Shklar.



Primera sesión: 9-10:30

Intervienen:

Carlos Thiebaut 15-20 min

Miguel Alirangues 15-20 min

Francisco Javier Gil Martin 15-20 min



Debate: abierto al público 30-35 min



Segunda sesión: 11-12:30

Alicia García Ruiz 15 min

Francisco Tomas González 15 min

Antonio Gómez Ramos 15-20 min



Debate: abierto al público, 30 min.

Sentido de la Injusticia: una exploración a partir de la obra de J. Shklar.

Coordinación: Carlos Thiebaut (UC3M) y Alicia García Ruiz (UC3M)


Este simposio tiene como objetivo constituir un punto de encuentro para investigadores interesados en la exploración teórica de las teorías de la injusticia, tomando como punto de partida la obra teórica de Judith Shklar. La relevancia de Shklar en la filosofía política norteamericana ha sido enorme durante décadas, principalmente en la línea de su reformulación del liberalismo político conocida como “liberalismo del miedo.” En el conjunto de su obra hay, sin embargo, muchas más dimensiones que nos abren la puerta a un pensamiento político de gran riqueza y profundidad, que en los últimos años ha ido experimentando una creciente atención en el ámbito español. En especial, la recepción de su obra “Rostros de la injusticia” ha constituido un punto de inflexión en la atención a las teorías de la injusticia, una línea de investigación que trabaja sobre los límites de las teorías tradicionales de la justicia.

Frente al alto grado de abstracción que presentan la mayoría de las teorías formales de la justicia, la perspectiva de Shklar incide con inusual sensibilidad en la experiencia práctica ciudadana, poniendo énfasis sobre la educación o entrenamiento de una perspectiva ético-política capaz de percibir los contextos prácticos de injusticia cotidiana que estas teorías no logran detectar, allí donde no alcanza su mirada teórica. Las teorías de la injusticia se hacen cargo, en primer lugar, de esta limitación constituyendo el primero de sus logros. Así, frente al intento de pensar la justicia en términos positivos, se alza la proposición de Shklar de pensar dicho concepto a contrario, de modo negativo, desarrollando una narrativa ético-política y unos instrumentos normativos capaces de dar cuenta (y confrontase a) de situaciones prácticas de injusticia, “de dar”, en palabras de la propia autora, “a la injusticia lo suyo”, la atención debida a este concepto en la teoría política, más allá de su tradicional interpretación como una mera disfunción de los modelos ideales de justicia.

De este modo, se abre un abanico de temáticas y problemas que permiten insuflar enorme riqueza y densidad a las reflexiones sobre la experiencia práctica de la justicia, mediante la puesta en relación de ambos conceptos, justicia e injusticia, en pie de igualdad y no sólo supeditando jerárquicamente el segundo al primero. En definitiva, “dar a la injusticia lo debido” impulsa, en la agenda filosófica de nuestro tiempo, al abordaje de cuestiones tan cruciales para el desarrollo de la teoría ético-política contemporánea como el estatuto, voz y agencia de las víctimas de injusticia, el abordaje normativo y narrativo del daño, el papel de las emociones en la vida política, las dimensiones de la responsabilidad ciudadana e institucional, la promoción de un ethos democrático basado en la capacidad de afectación y de respuesta ante el dolor ajeno, los usos sociopolíticos de la memoria o los límites con los que puede chocar la inevitable vocación normativa de las teorías éticas.



INTEGRANTES DEL SIMPOSIO.

Carlos Thiebaut. Universidad Carlos III de Madrid. thiebaut@hum.uc3m.es

La vía negativa de Judith Shklar

Abstract:

El liberalismo del miedo de Shklar, y especialmente su texto "Anteponiendo la crueldad" tuvo un impacto relevante en el pensamiento liberal. Su intuición básica de que determinadas formas de negatividad son las que determinan y conforman los ejercicios de la política y el derecho, tanto en el origen del pensamiento moderno (Montaigne, Montesquieu) como en su desarrollo (como en su libro Lagalism) se desarrolla en una concepción --contra la realidad de esa negatividad-- que cabe llamar una vía negativa de comprensión de las esferas normativas. La posición de Shklar debió hacer frente a críticas, como las de Michael Walzer, de que tal aproximación negativa no es suficiente para fundamentar o articular esos entendimientos normativos. No obstante, se argumentará que la percepción y el sentido de la injusticia que desarrolla Shklar es la contrafaz necesaria --normativa y motivacionalmente- de esos entendimientos, por ejemplo, en términos de derechos.

Alicia García Ruiz. Universidad Carlos III de Madrid. alicgarc@hum.uc3m.es

Shklar y los ángulos ocultos de la justicia: las políticas contra el miedo, la crueldad, el daño y el desprecio.

Abstract
:

En esta intervención se abordará la filosofía política de Judith Shklar como punto de partida para una reconsideración de la idea de justicia en la teoría política contemporánea, reconsideración que se orienta hacia una exploración de las circunstancias prácticas de la injusticia y no sólo hacia la determinación de las condiciones teóricas para la justicia. En opinión de Shklar, el concepto de injusticia reclama un tratamiento específico en sus propios términos, capaz de abordarlo no sólo como una mera disfunción o desviación de modelos formales de la justicia sino como un problema en sí mismo, cuyo alcance y consecuencias exceden los límites de las teorías clásicas sobre la justicia, que monopolizan la historia del pensamiento político. Este propósito exige prestar particular atención a las narrativas bajo las que es expresado el sentido de la injusticia y a las subjetividades formadas a través de estas experiencias luctuosas. En palabras de la pensadora, una exploración como ésta aspiraría a “dar a la injusticia lo (teóricamente) debido”, lema que traza un programa de investigación cuyos desarrollos podemos rastrear en otros autores posteriores o incluso en pensadores situados en tradiciones de pensamiento muy distintas a la filósofa.

La posibilidad de dialogar con tan diversos interlocutores es prueba, como trataremos de mostrar, de la relevancia y vitalidad de sus ideas, así como indicador de la necesidad de revitalizar la atención otorgada a su pensamiento político, a fin de conectarlo con contribuciones a la filosofía política situadas más allá de las filas del liberalismo. Para entender el impacto y calado de las reflexiones de Shklar en la agenda filosófica contemporánea, caracterizada por la necesidad de respuesta ante sociedades crecientemente injustas y desigualitarias, desarrollaremos un diálogo con determinados autores que le sirven de contrapunto e interlocución en la teoría política contemporánea. Así, entre otros, estableceremos un contraste y conversación entre Shklar y, en primer lugar, Rawls respecto a los conceptos de justicia y liberalismo, en segundo lugar, con Rancière, respecto al daño, en tercer lugar, Honneth, respecto al desprecio y, finalmente, Butler, respecto a la vulnerabilidad y el daño como fenómenos característicos de la deriva injusta de nuestras sociedades actuales.


Antonio Gomez Ramos. Universidad Carlos III de Madrid. agramos@hum.uc3m.es

La filosofía política de Judith Shklar en relación con Hannah Arendt y G.W.Hegel.

Abstract:

Una parte importante de la crítica de Shklar a la filosofía política de su tiempo en general, y también a la de Hannah Arendt en particular, se articulaba sobre el rechazo de las venas de Romanticismo que ella creía percibir en muchos de los pensadores protagonistas de esa filosofía política. Herederos de Heidegger o de Jaspers, de la postura existencialista, todos ellos mostraban una visión sino apocalíptica, si es que no derrotista, respecto a las posibilidades de la política después del Totalitarismo. Le atribuían a este, al que vinculaban fatalmente con el fenómeno moderno, una ruptura global con la tradición de la que ni el pensamiento ni la humanidad podían ahora recuperarse. A pesar de sus afinidades y paralelos con Hannah Arendt –que no trataría aquí–, Shklar veía en ésta una fuerte componente de romanticismo existencialista que, aparte de la nostalgia del mundo griego, tendía a enfatizar el heroísmo de la acción y a mantener una valoración negativa del mundo moderno; que le hacía preocuparse más por la pérdida de la individualidad que por la violencia y la crueldad como males supremos; cuando son estos los que definen negativamente el liberalismo de Shklar. También, desde ese Romanticismo político, Arendt carecía de sentido para la política como institución y como procedimiento.

Sin entrar en si esa lectura de Arendt por Shklar está justificada o no –lo que ya han discutido otros autores en otros contextos-, mi intervención buscará presentar cómo ese contraste con Arendt, o con lo que Shklar considera el romanticismo de Arendt y su falta de sentido para las estructuras jurídicas estatales, nace de la combinación en el pensamiento de Shklar de, por un lado, una postura postfundamentalista que no ha abandonado una confianza en el humanitarismo de la Ilustración y, por otro –esto será lo que discutiré más despacio- una atención a Hegel, con quien coincide en su acerba crítica la subjetivismo romanticismo y en el sentido de las instituciones ético-políticas en las que los individuos se vinculan. En realidad, la mayor parte de mi intervención analizará el comentario de Shklar a la Fenomenología del espíritu en su libro Freedom and Independence. A Study of the Political Ideas of Hegel’s Phenomenology of Mind, para mostrar cómo en el diálogo con Hegel se dan la crítica al romanticismo y la reivindicación de una modernidad política igualitaria que, por otro lado, forman el centro de su lectura crítica de Hannah Arendt.


Javier Gil. Universidad de Oviedo. javiergil@uniovi.es

La prioridad de los desantendidos y la injusticia epistémica

Abstract:

The faces of injustice es una obra en la que no se puede evitar leer de continuo, de manera explícita o entre sus líneas, intensas discusiones con autores clásicos y contemporaneos del pensamiento político. Pero tampoco se puede dejar de escuchar en esa obra los ecos de las recepciones (efectivas y posibles) de parte de autoras y autores que han sobrevivido a Judith Shklar. En mi presentación quisiera indagar en varias sendas que se adentran en esa hipotética historia de efectos. Plantearé que la reivindicación de la perspectiva de las víctimas y lo que podemos denominar la prioridad (no tanto de los desaventurados sino) de los desatendidos proporciona un correctivo a una serie de injusticias en las que desembocan los modelos de justicia de enfoques que, como algunas versiones del ‘igualitarismo de la suerte’ (luck egalitarianism), dirimen la separación entre suerte y elecciones desde la centralidad de las ideas de responsabilidad y de mérito. Por otro lado, trataré de mostrar algunos límites (y también algunas virtualidades) en la recepción de Shklar con que Miranda Fricker apoya su clarificación de la injusticia epistémica.

Miguel Alirangues. Universidad Carlos III de Madrid. melpomenerato@gmail.com

La sordera de la positividad. Una propuesta de resensibilización negativa de lo político.

Abstract:

La intervención propuesta surge de la necesidad de pensar la relación que se establece entre la experimentación negativa del daño y su incorporación en sistemas normativos positivos que puede caracterizar una vía negativa de aproximación a las relaciones entre justicia e injusticia. La cuestión atañe a la relación, de por sí negativa, que se establece entre un marco jurídico y la experiencia del particular vivido de las experiencias de negatividad. En este sentido, la absoluta resistencia y dificultad de incorporación de la experiencia y la negatividad vivida, y su desfase o exceso en relación con la negatividad que la ley pretende incorporar se abordará como el núcleo central de la intervención. El debate suscitado por la propuesta negativista de Shklar de priorizar la injusticia supone ante todo el reconocimiento del hecho de que ese desfase es la razón misma por la que los sistemas normativos y jurídicos deben estar siempre al servicio de los particulares vivenciados, y en este reconocimiento puede comprenderse la naturaleza necesariamente dinámica de la ley, cuya conceptualización y efectos prácticos se deriven por lo tanto de una necesidad permanente de reflexión sobre los límites en la percepción social de dichas experiencias. Ello nos llevará necesariamente a reflexionar sobre los límites perceptivos de las sociedades, para plantear que es solo en la concepción fuerte de la negatividad como fue desarrollada por la teoría crítica (especialmente en Benjamin y en Adorno) como pueden comprenderse las más radicales intuiciones de Shklar, que permitan desarrollar a su vez un concepto de lo político como lugar de litigio por la sensibilidad creciente a formas impensadas de injusticia.


Paloma de la Nuez. Universidad Rey Juan Carlos. paloma.delanuez@urjc.es

Injusticia y desventura en el mercado. J. Shklar contra F. A. Hayek

Abstract.

La pensadora americana dejó muy claro en varios de sus escritos que le interesaba y conocía bien el pensamiento político de F. A. Hayek, de quien llegó a escribir que era muy honesto en sus planteamientos, muchos de los cuales encontraba incluso atractivos. Sin embargo, no compartía en absoluto su visión liberal ni la de otros economistas vinculados a la Sociedad Mont Pelerin. La razón principal (aunque no la única) de su rechazo a ese tipo de liberalismo estriba en su concepción de la justicia. Como es sabido, J. Shklar afirma que hay que distinguir entre lo que es injusticia y desventura (también en el mercado), mientras que para Hayek el mercado no es justo ni injusto porque no está dirigido ni controlado por nadie. No tiene propósito ni voluntad, sino que es un orden espontáneo al que -siempre y cuando se respete la ley y no se cometa fraude, violencia o engaño- no se le puede hacer responsable de la situación de nadie. Aunque la profesora de Havard reconoce que no es fácil discernir qué es una injusticia y qué una desventura, trata de rebatir las tesis hayekianas en sus obras Legalismo y Los rostros de la injusticia. Ella no admite que existan en el mercado fuerzas impersonales de la naturaleza a las que no se las pueda exigir responsabilidades por la desgracia o la mala suerte de nadie, lo que no es una cuestión en absoluto menor porque si lo que se considera desventura pasa a ser contemplado como injusticia no hay excusa para no actuar. Es por eso que algunos autores consideran que el liberalismo de Shklar se acerca a la socialdemocracia, a pesar de que comparta con los liberales otras tesis importantes. En esta ponencia nos proponemos explicar las diferentes visiones de ambos autores sobre la justicia (o injusticia) en general, y en el ámbito del mercado en particular, lo que en definitiva nos llevará también a analizar y comparar ambos tipos de liberalismos así como su influencia en el presente.


Francisco Tomás González Cabañas. Centro de estudios políticos y sociales “Desiderio Sosa”. franciscotgc@hotmail.com
Aproximaciones para concebir un concepto de justicia decolonial.
Abstract.

El poder judicial, debe ser abolido como tal. Más no así sus funciones. La funcionalidad del servicio de justicia, estará en el sincretismo, en el maridaje, en el resultante del entrecruzamiento de los poderes legislativo y ejecutivo. Alumbrará una asamblea, ciudadana, con características tanto democráticas, y participativas a nivel general, como foquistas o parroquiales en cada lugar en donde se implementen de acuerdo a las condiciones culturales, antropológicas y filosóficas de cada lugar en donde se dimensione la cuestión judicial propiamente dicha. Abolir el poder judicial, significará que la justicia pueda dimanar, casi naturalmente, de ninguna institución, sino del libre juego de ellas y de su interacción con la ciudadanía, transformándose de tal manera en un servicio público y no en un resquicio o en un aguantadero del poder en su sentido más cruel y abyecto.